martes, 10 de noviembre de 2015

El cuento de terror

Te volveré a ver
Agustín Chaves

        Iba por la calle y vió a una mujer corriendo. Ella le gritó que huyera porque un asesino la seguía, y en el tramo del camino de esa señora, se encontraría con Juan, a quien mataría. El último mencionado se enojó, dijo que era tan solo una broma y siguió caminando. En un instante, este choco con una persona sombría que venía corriendo, con todo tipo de cicatrices y ropa muy manchada. Aquel individuo le aseguró a Juan que en algún momento lo volvería a ver porque ahora tenía un asunto que cumplir. Juan no entendía por qué aquel humano sombrío le había dicho tal cosa.
        En la madrugada, una de esas tan lluviosas y ventosas, que ni siquiera los árboles querían vivirla, los susurros de esa fuerte ráfaga decían cosas. Juan pudo comprobarlo: sentía como le soplaba en la cara, justo cuando se cortó la luz. Instantes más tarde, Juan, solo, con velas prendidas comenzó a sentir que ruidos de todo tipo invadían la casa. “Alucinaciones, tal vez”, pensaba. Intento dormir, pero no lo lograba. Extraños pensamientos invadían su cabeza. Pensaba que algo lo observaba. Necesitaba descansar, al otro día debía ir a dar una conferencia de trabajo.
De repente, golpearon a la puerta. Juan, temblando, se levantó y, pasó tras paso, llegó a la puerta principal. Que no hubiera nadie lo alertó.  Ahora, recordaba los hechos ocurridos en el ese día. Sintió frío, pero no sabía por qué, pensaba que todo había sido una broma. Volvió a recostarse. Ahora los sonidos se habían extinguido casi por completo. Fue al baño. Cuando terminó, se dio vuelta y algo inexplicable sucedió: Un reflejo se le acerco y Juan, aturdido, comenzó a sentir dolores agudos cada vez más profundos. Hasta que no sintió nada más.

    Al otro día, en el lugar donde debía dar su conferencia, las personas que trabajaban allí comenzaron a preocuparse. En aquel edificio, Juan era muy querido, por eso dos asistentes del jefe fueron en su busca y empezaron directamente por su departamento. Allí encontraron la puerta abierta, manchas en las paredes y una persona muerta en el piso. Se acercaron y reconocieron al hombre que debía hablar en aquella junta del trabajo. Cuando estos se dieron vuelta, pudieron ver que en una de las paredes decía: “Dije que te iba a volver a ver”.  Justo en ese momento la puerta principal se cerró y nunca más se supo de aquellos asistentes ni de Juan…