El caso de la señorita Amelia
Todo comenzó en Julio, cuando a Juan se le ocurrió hacer un viaje con sus amigos Francisco y Tomás a Mendoza. Estuvieron de acuerdo.
Al llegar a aquella ciudad, se encontraron con
un problema: no tenían dónde alojarse. Pasadas algunas horas, hallaron un
hotel en una zona mas alejada de la ciudad.
Aquella noche
llovía mucho, y había niebla, por lo que salir a recorrer el lugar no era una
opción. El frío se apoderaba del lugar como la curiosidad se apodera de los
humanos.
En la
habitación, Juan y sus amigos dormían, cuando un ruido los
alertó. Parecía un golpe seco. El misterio invadió por un largo rato a aquellos
huéspedes, pero luego de quince minutos, como vieron que no volvía a ocurrir, siguieron durmiendo como si nada
hubiese pasado.
A la mañana siguiente, Juan, Francisco y Tomás,
mientras desayunaban, tuvieron una charla sobre qué podría haber sido
aquello que habían escuchado por la noche. “Debieron ser los que se hospedan en la
habitación de al lado”, concluyó Francisco. Tomás, bromeando, dijo que podrían
haber sido espíritus; y soltó una carcajada.
Al volver a su habitación,
comenzaron a escuchar rasguidos en las paredes. Nuevamente intentaron buscar
una explicación lógica. Ese mismo día, al atardecer, las personas que
ocupaban la habitación próxima a la de ellos se habían marchado.
A la hora
de la cena, en el gran salón del hotel, hechos sobrenaturales comenzaron a
ocurrir. El grupo de amigos se encontraba solo allí, no había nadie mas en ese
lugar.
Las sillas
y las mesas comenzaron a volar y las paredes empezaron a temblar. Juan,
Francisco y Tomás se dirigieron rápidamente a su habitación, donde intentaron buscar explicaciones de los hechos
que minutos antes habían vivido. Estaban charlando muy exaltados y nerviosos,
cuando toda la habitación comenzó a agitarse: aparecieron rasguños en las
paredes y un fantasma apareció desde el baño.
El espectro les habló.
“Soy Amelia, morí hace dos años por su culpa. Era una noche fría en Buenos Aires, y ustedes, luego de una borrachera, me
atropellaron con su auto. Ahora volví
para vengarme”.
A continuación se dirigió hacia Tomás quien luego de un golpe
mortal, murió.
Acto seguido se acercó a Francisco quien , justo antes de llegar a tocarlo, cayó desplomado al piso a causa de un paro cardíaco.
Acto seguido se acercó a Francisco quien , justo antes de llegar a tocarlo, cayó desplomado al piso a causa de un paro cardíaco.
Sólo quedaba Juan: el fantasma
de Amelia se abalanzó sobre él y , en
ese momento, despertó.
Todo había
sido un sueño. Sin embargo, los rasguños en las paredes de la habitación
seguían allí, como marcas imborrables.