Diciembre de 2013
INESPERADO
FINAL PARA LA
CONFERENCIA DE “RADRAGAS S.A”
El día 23 de diciembre,
en el Centro de Conferencias del Hotel Sheraton, el Licenciado Radragas, dueño
de una empresa de matafuegos, anunció la firma de un convenio con el gobierno
para distribuir gratuitamente sus productos a los transportes públicos de
pasajeros, pero un suceso inesperado marcó el final de la conferencia.
Días atrás, el director y dueño de la renombrada
empresa “Radragas S.A” se reunió en el centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
con el Ministro de Transporte, Dr. Roberto Elías, y firmaron un acuerdo para la
distribución gratuita de matafuegos en el transporte público de pasajeros con
el objetivo de mejorar la seguridad de los mismos.
El 20 de diciembre se anunció a través
de los medios y redes sociales que habría una conferencia en un importante
hotel de la ciudad tres días después, donde se presentaría el mencionado
acuerdo.
El 23 de dicho
mes, por la mañana, el Licenciado Alberto Radragas, se sentía muy sofocado por
el intenso calor, como si estuviese siendo horneado listo para luego ser
servido, y decidió pasar por el bar del lujoso hotel antes de ir a la
conferencia, lugar donde disfruto de frescos jugos de fruta.
Centro de conferencias del Hotel Sheraton |
Una hora mas
tarde, se inició la tan esperada conferencia con la presencia de autoridades
nacionales, importantes clientes y empresarios del transporte. El dueño de
“Radragas S.A” se sentía algo nervioso y pesado, y comenzó a transpirar como si
una lluvia estuviese presente en el lugar. Minutos después, se encendieron las
luces centrales, y dio inicio la charla. Radragas estaba cada vez mas tenso, y
comenzó a sentirse pesado. Su abdomen parecía una guerra que estaba a punto de
estallar.
Finalmente terminó el extenso discurso
del dueño de la empresa, y las preguntas de todas las personas que asistieron al
lugar comenzaron a dispararse. Cada una le iba provocando cada vez mas
incomodidad al licenciado, quien ya estaba con la cara colorada como un tomate.
Las dudas de la audiencia eran balas que el anfitrión no podía esquivar. Uno de
los asistentes, muy interesados en la conferencia, preguntó acerca de la
efectividad de los matafuegos, y de su funcionamiento. Radragas decidió
accionar uno de sus productos para demostrar al público presente su calidad,
con tanta mala suerte que la guerra en su interior estalló, y en el mismo
momento que el matafuego fue puesto en acción, una flatulencia fue expulsada de
su organismo, causando la carcajada conjunta de todos los presentes, y la
incomodidad del anfitrión.
Algunos testigos del escandaloso hecho
aseguran haber visto que el licenciado se mostraba muy tenso y nervioso durante
toda la conferencia. Al final de la misma, su vergüenza se hizo evidente tras
haber demostrado que el matafuego no era el único que guardaba gas dentro de su
interior.
¡Muy buena crónica, Agustín!¡Felicitaciones!
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